Esta y la anterior entrada fueron publicadas en un diario de Santiago durante 2006, creo. Fueron hechas para público general y para entretenerse un poco.
Acerca de lo que traen los sueños.
En la Rapsodia XIX de La Odisea, el hermoso canto de los griegos, Penélope dice que “hay dos puertas para los leves sueños: una construida de cuerno y otra de marfil. Los sueños que vienen por el bruñido marfil nos engañan, trayéndonos palabras sin efecto; y los que salen por el pulimentado cuerno anuncian al mortal que los ve cosas que realmente han de verificarse”. Como se ve desde hace mucho tiempo los hombres han pensado que los sueños son manifestaciones de otro mundo, reflejos de otra realidad, y por lo mismo es que se han entregado con pasión a la necesidad de descifrar sus contenidos y los posibles presagios que podrían traer.
La época de la ciencia ha seguido pensando de igual manera con respecto al contenido de los sueños. Para los expertos de hoy los sueños parecen ser reflejo de otro mundo, aunque no de otro mundo más allá de éste, en una dimensión ultraterrena. Los sueños son vistos hoy día como expresiones de un mundo interior que ocurre más allá de la consciencia, en los límites de la vida físico-química y por lo tanto en el nivel de los instintos y las pulsiones elementales, o en el ámbito de los procesos y conflictos inconscientes. El mundo desde el que surgirían los sueños sería el mundo psíquico que no accede a la consciencia cotidiana y por lo tanto allí, en el mundo de los sueños, es donde se podría buscar las motivaciones y las tendencias que durante el período lúcido no son accesibles a la comprensión de la persona.
Este enfoque es el que parece prevalecer en los distintos puntos de vista académicos respecto de los contenidos de los sueños. Buscar significados en el contenido de los sueños sería de este modo buscar en las tendencias menos conscientes pero quizás más determinantes de las conductas de los individuos. Así, el plexo de los sueños, lo que está oculto en sus contenidos, sería una expresión de lo mas hondo de la vida psíquica.
Algunos han ido más lejos y han sostenido que los sueños son un reflejo vívido de los deseos no satisfechos aún o de los deseos reprimidos por instancias superiores del aparato psíquico. Los deseos negados, los deseos que se sabe que nunca se realizarán, los deseos cuya satisfacción es impedida por el pudor o la sanción social, aparecerían en el teatro de la consciencia solo en el período en el cual el yo o la noción de realidad decaen en su actividad, o sea en el período del dormir. Desde esta perspectiva estudiar el contenido de los sueños sería una estupenda herramienta para conocer los deseos no actuados por el sujeto y por lo tanto, para conocer su verdadera personalidad. Para analizar los deseos ocultos en los sueños incluso se han elaborado catálogos con los significado de los sueños en los cuales por ejemplo se dice que soñar con volar se relacionaría con deseos no actuados de libertad o de liberación.
Otros piensan que los contenidos de los sueños reflejan sentimientos que el sujeto está viviendo intensamente en el período actual, de los cuales puede o no estarse percatando. Por ejemplo, se dice que soñar con el mar o con extensiones de agua es reflejo de sentimientos de soledad o de aproximación a la muerte, con o sin temor por ella. Otros aún piensan que los sueños están constituidos por material arquetípico, proveniente del inconsciente colectivo, aquel inconsciente que es patrimonio de toda la especie humana y de cada uno de los individuos que la conforman. Jung recogió material de sueño sorprendentemente semejante entre sujetos que vivían en Nueva York y sujetos que vivían en una lejana y atrasada tribu africana.
Muchas personas reportan que algunos de sus sueños tienen carácter premonitorio, es decir que anuncian el futuro. Dicen que han soñado con eventos que después tienen lugar y que son capaces de distinguir claramente aquellos sueños que se realizaran de aquellos que solo son sueños. Como los sueños que vienen por el bruñido marfil y el pulimentado cuerno. No hay aún estudios serios a este respecto. Pero, ¿quién puede decir que la bella Penélope, que destejía por la noche lo que tejía de día, no tendrá razón?.
Rodin: "El Sueño". Greda, yeso y madera. Museo Rodin, Paris.
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