miércoles, 20 de octubre de 2010

Blogs abandonados. Paseo por beneméritos blogs y la gran mayoría, como éste, padecen el abandono. Leo textos de hace tiempo de almas en pena, alborozadas, sorprendidas, glamorosas, etc., distintas almas en distintos momentos, que ahora andan por otros lares. El campo de los blog es un campo amplio y yermo en el cual apenas florecen ahora unas pocas flores que, en todo caso, se yerguen gallardas y dignas, como un roquerío en el desierto, recortado contra el horizonte infinito.
De todos modos, algo tiene de grato la situación. No hay lector, no hay campanario, pájaro, sombra, sotavento, alcurnia, cimitarra, nada, el blog ancho y ajeno muriéndose por los cuatro costados, bebiendo como en el último día de la tierra, riendo a mandíbula batiente, con la mano en la carabina para cuando empiecen definitivamente a entrar las sombras o la nada o el logos primigenio o lo que sea. Todos en su lugar, cada uno con su tonel de buen ron o vino o cualquier licor espirituoso para irse definitivamente con bombos y platillos arrasando lo que se pueda en la pasada.
Buen lugar para estar, cuando se está despoblando el mundo. Quedan solo los que siempre debieron estar. El resto, al féisbuk, tuíter, despedidos de este mundo que se hunde con gallardía, optimismo y un sentido de haber significado algo que no lo va hacer desaparecer nada, ni el logos entrando a raudales cual tsunami enloquecido.
Buen lugar: el de los que tienen una bandera lejana, que flamea en el viento, imposible de comprar en el mall.



Alguna vez vi este pájaro solo en una duna, agonizando y gallardo. Creo que se llamaba pájaro blog.