El viernes vimos en el espejo unidireccional (polarizado) a una prostituta de cerca de 50 años. Venía porque quería cambiar. Procesar sus dolores y cambiar de manera de ser y así buscarse otro camino. Tenía un hijo, circa treinta, profesional, que no sabía pero sospechaba la vida de su madre. Mirabamos a través del espejo y oíamos sobre la tragedia que la condujo a hacer la vida que llevó.
Era una mujer trágica. Sobrellevaba la existencia con una intensa sensación de resignación y fatalidad. Parecía sonreir a pesar de cualquier adversidad, por feroz que ésta fuese. Sonreía también al entrevistador. Detrás del espejo había un silencio sepulcral. Yo tenía una garra en la garganta.
La Ale, mi compañera en psicoterapia, de pronto agachó suavemente la cabeza y me musitó: "Una puta triste". Asentí. Recordé a García Marquez y sus putas tristes. Recordé miles de dolores a los que he asistido y me pareció que éste, el de las putas tristes, puede ser uno de los mas desgarradores. La mujer contó que una vez su hijo, a los 10 años, le había dicho "¿Qué sacamos con tener de todo si tenemos que andar con la cabeza gacha?" Bajó la cabeza. Nosotros también.
Al salir respiré una bocanada de aire. A fin de cuentas, todos tenemos algo de puta triste. Y de un montón de otros personajes además. Solo que anduvimos con suerte y pudimos darle la pasada al primer plano a personajes menos patéticos. Miré un árbol gigantesco que hay en el pasillo y que apenas se nota. Tiene unas ramas sarmentosas y tupidas por entre las cuales pasan los rayos del sol. Hice en silencio un brindis por las putas tristes, las que hay en el mundo y las que hay en el universo de cada cual, y ví entonces como, a través de mis ramas sarmentosas, pasaban tímidos rayos de sol que dejaban sombras en el suelo, las que después me seguían hacia cualquier lugar donde enfilara.
(Dedicado a Frank Nicotine)
14 comentarios:
¿Pero uno busca ser puta triste o está escrito que uno lo será? Chucha doc, la peguita que te tocó...
Un abrazo pa' pasar el trago amargo.
¿Acaso quién es feliz recibiendo caricias a cambio de monedas? Todas son tristes.
Mucha gente cree que los médicos
son personas insensibles, pero hay varios que tienen su corazoncito
Bellísimo post. Acaso las putas tienen más aguzada la tristeza que conlleva ser mujer...
Las palabras del hijo lo dicen todo. Qué tristeza!
Estoy de acuerdo con Difusa. Creo que todas las putas son tristes.
El tipo de vida y la condena social de su profesion junto con servir de "solucion" a una necesidad de un hombre.
Conocen la vida desde la perspectiva del marginado, del objeto sexual.
Muy triste...
Consigues revolverme el pecho cuando escribes...
Me da nostalgia volver, por eso vuelvo poco...
Abrazo
Furiosa: difícil pregunta. Yo creo que está medio escrito.
Gracias por su mención en el blog. Mil gracias.
Difusa: si po. Ahora... a otra escala, no se ve tan inusualmente.
Luciérnaga: mire Hotaru, yo no conozco ninguno que tenga. He dicho.
Sativa: ¿la tristeza de ser mujer? Jamás lo hubiera pensado. Me quedo meditabundo...
Sureando: si. Fue la parte mas dura de la sesión. Ahí si que la garra en la garganta definitivamente campeaba.
Blue: deberían hacernos pasar un día a cada uno en el rol de esta mujer. Quizás eso ayudaría a cambiar el mundo...
Pagana: ¿no será que andas nostalgiada?...
Quizás...
Porque pal 18
comimos cualquier carne crúa
le dejamos unas corrías de mano
hasta ponersela dura!
Todo por la patria!
...Dualidad, una vez mas,
Opuestos una vez más...
Ese último párrafo lo grafica todo somos luz y sombra, mas de lo uno o de lo otro, según donde nos tocó aterrizar.
Saludos
Creo que no todas las putas son tristes, quizás esta mujer tenía otro destino pero no lo pudo encontrar. Hoy se siente triste pero igual sonríe, por qué?
Chocolate para tu garganta con garra, a veces me sirve a mi también.
Ser mujer conlleva tristezas, cómo no... Ser hombre debe conllevar las suyas también, las que le son propias. Lo cual no quiere decir que ser mujer sea triste. Porque también conlleva alegrías, satisfacciones y tantas otras emociones. Usted dirá, son universales, pero lo que yo postulo es que también las hay particulares y originadas en la condición misma.
Se te agradece la dedicatoria, pero francamente prefiero seguir creyendo que las citadas meretrices siempre están felices de ejercer su irremplazable profesión.
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