jueves, 18 de octubre de 2012
Hace 5 años esta misma señorita, exactamente la misma, mientras yo estaba sentado en esa misma plataforma, en el Palacio de Belvedere, en Viena, llegó volando silenciosamente y se me puso detrás. Esta vez, ayer, hizo lo mismo. Ahora me susurró "Eso que llamas tiempo, no pasa en vano".
Antecedentes: reporte de Mahiakeff, 24 de Enero de 2008.
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1 comentario:
En ella el tiempo no pasa, gran dama alada. En nosotros el tiempo se queda,
Abrazos
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