Termino, una vez más, quizás la octava, "La Ilíada", el canto de los cantos, esta vez en verso, en una cuidada versión mexicana que encontré en la última feria del libro de baires. El cruel Aquiles, acusado de impío, el sensato y poderoso Príamo, Casandra, a quien se le otorgó el don de predecir el futuro y también la maldición de que nadie le creyese, Héctor, bello y tremolante domador de caballos, Briseida, la de hermosas mejillas... resplandecientes seres salidos del mito y que siguen poblando las mentes de miles como yo que pueden verlos aparecer de entre las sombras del tiempo.
En ese espíritu releo a Robert Browning, en una exquisita traduccón del exquisito Armando Roa Vial, hijo de mi homónimo profesor.
Próspice
¿Temer yo a la muerte? Sentir la bruma en la garganta,
la niebla en el rostro,
cuando cae la nieve y las ráfagas anuncian
la cercanía del lugar,
el poder de la noche, la presión de la tormenta
y la presencia del enemigo.
Allí donde el gran miedo se consagra en su forma visible
y el hombre fuerte debe avanzar:
porque el viaje ha concluido y conquistada la meta
las barreras se derrumban,
aun cuando falte todavía un combate para alcanzar el galardón,
la recompensa de todo.
Siempre fui un luchador; por ello... que venga otra batalla,
¡la mejor y la última!
Odiaría que la muerte vendara mis ojos y se mostrara
indulgente
y me diera la bienvenida cautelosamente.
¡No! Dejadme probarla en todo su sabor, como mis camaradas,
los antiguos héroes.
Soportar la arremetida y pagar todas mis culpas
en un minuto de dolor, tinieblas y frío.
Porque lo peor, de un momento a otro, para el valiente se
convierte en lo mejor,
cuando el minuto sombrío termina
y cuando la furia de los elementos y de las voces malignas
enloquecidas
se derrumba y se apaga,
cambiando, transfigurándose en paz brotada del dolor.
Y luego una luz y tu seno,
¡oh alma de mi alma! Te abrazaré de nuevo
y en Dios descansaré.
Tengo un nuevo escritorio que tengo que arreglar. Tiene una vista hermosa, urbana, que sirve de fondo a Homero, Browning, Cortázar, Sartre, todos quienes en estos precisos días también veo salir desde las sombras. Me deseo feliz escritorio nuevo, a pesar de todo. Veo el paisaje y brindo, a pesar de todo. Sin duda, a pesar de todo.
4 comentarios:
A pesar de todo? Mmmm ...
Disfruta tu nuevo escritorio y espero que tu entorno junto a los ilustres te inspiren y guien en tu prosa y poesía. Otro brindis!
Browning no me desvela, pero sí su mujer, Elizabeth Barrett Browning. Idola, definitivamente, idola!
Sus sonetos casi como los del genio de Statford!
Feliz escritorio nuevo, así rodeado,
sin duda se puede ser feliz.
...a pesar de todo...se asoma un mar en tu ventana. Te inunda silencioso y solitario, como a un naufrago cansado te empuja a la orilla. Tus libros los imagino como viejas tablas de navios destrozados. Te aferras a ellas... a pesar de todo...
Esa si que es maldición, tener un don y que nadie te lo creo.
Felicitaciones por el estreno.
Abrazos
Publicar un comentario