"De pronto y como al pasar dices "Si, fui yo quien abrió la puerta" y acto seguido ocurre que las cosas se sacuden y adquieren un orden más natural y mas profundamente sincrónico con el verdadero mundo. Yo hasta ese momento había tenido mis dudas. Había cavilado en la noche muchas veces acerca de si había sido yo quien había roto el encanto y había abierto las puertas de la muerte, y muchas de esas noches no había podido dormir agobiado por una extraña sensación de pesantez en el pecho. Ahora que has hecho esa declaración, y aún cuando haya sido al pasar, has vuelto a ser tú, ese esplendoroso ser que alguna vez volaba por el cielo de mi habitación y que la coloreaba como seguramente nada nunca más volverá a hacerlo".
Haruki Murakami, "Kafka en la orilla".