jueves, 12 de marzo de 2009

De casualidad paso por la callejuela donde vive Igor. Paso a verlo y lo ecuentro leyendo tirado en el jergón. Raro, sábado hacia el anochecer.
- El Dorado. Estoy leyendo la vieja historia de El Dorado - dice.
Despacho lentamente un vaso de Eristoff. Es lo único que hay.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué qué?
- Por qué lees semejante pelotudez - digo.
Farfulla una explicación. Los españoles persiguieron por siglos una ciudad en la mítica América entera de oro. Paredes de oro, baños de oro, calles de oro. Varias expediciones enfebrecidas se perdieron en la selva persiguiendo la ciudad, y pocos fueron los que regresaron. El más famoso de los enfebrecidos fue Lope de Aguirre, la ira de Dios se hacía llamar, quien a punta de espada y horca hizo avanzar su expedición hasta que él y su hija fueron los últimos en caer atravesados por las flechas de los indios. El Dorado fue el norte y el sueño de varias generaciones de castellanos hidalgos y aguerridos que buscaban, mas que el oro de la ciudad, la visión de un lugar que resplandece inmensamente recortado contra el horizonte. De seguro iban codiciosos en las expediciones, pero eso es inevitable. Así son los homínidos.
- Todo el mundo tiene su El Dorado, Mahiakeff. Hasta los descreídos como tú
Otro vodka. Las cosas se empezaban a pudrir.
- Yo creo que encontré el mío - dice mirando el techo.
Casi me zampo la botella entera de una bocarada. Fue la única manera de tragarme semejante declaración. Tenía los ojos como si estuviesen dorados. mirando el techo. Es la primera vez que lo veo así.
- Oye Igor, hagamosla corta. ¿hay alguien?
Suspira y sonríe.
- Siempre tan prosaico Mahiakeff.
No creo que vuelva a verlo pronto, aunque pase por casualidad por la callejuela donde vive. Creo que por alguna razón no me la quiso soltar entera. Siempre he tenido la impresión de que, en el fondo, Igor es un buen tipo, y que alguna vez se le iba a cruzar una mujer de verdad y que ahí él se iba a despedir de este mundo. Le llegó la hora parece. En fin. Ojalá tenga suerte en el otro mundo. Los tipos así se la merecen.
El Dorado. Capaz existe. Existe cada cosa, los homínidos, los hidalgos, el Eristoff... ¿por qué no El Dorado?

3 comentarios:

difusa dijo...

Mira me acordé de este poema de Poe:

"Eldorado"

Gaily bedight,
A gallant knight,
In sunshine and in shadow,
Had journeyed long,
Singing a song,
In search of Eldorado.

But he grew old,
This knight so bold,
And o'er his heart a shadow,
Fell as he found,
No spot of ground,
That looked like Eldorado.

And, as his strength,
Failed him at length,
He met a pilgrim shadow;
"Shadow," said he,
"Where can it be,
This land of Eldorado?"

"Over the mountains
Of the moon,
Down the Valley of the Shadow,
Ride, boldly ride,"
The shade replied,
"If you seek for Eldorado!"

Edgar Allen Poe
1849

Será que cada uno tiene su propio "El Dorado"? Y aquel que lo haya es pleno? Aspiremos a no terminar en "shadows" o fantasmas buscando nuestro "El Dorado"!

Cheers, con un screwdriver bien heladito!!

mahiakeff dijo...

Que heavy... Poe era maldito, con suma elegancia era capaz de agriar el almíbar. Igual un toque de escpticismo (a lo Mahiakeff mas puro) siempre viene bien.
Arazos

L.

difusa dijo...

Si, era bastante "dark" el tipo ... pero un genio. Lee el poema "Annabelle Lee", se cree que es su último poema (1849) y "Annabelle" pareciera ser su esposa Virginia que murió rejoven. Si hasta en el amor fue quemado!