lunes, 25 de febrero de 2008

Hice un nuevo amigo en las vacaciones. Se llama William Butler Yeats y vivió entre 1865 y 1939. Entre otros trabajos estuvo a cargo del Tatro Nacional de Irlanda. Traté, hasta donde es posible, de traducir algunas de sus notables poesías. Esta, La Isla del Lago Innisfree, me conmovió de manera yo creo indeleble. Después me enteré que fue la poesía que lo hizo famoso.
Traducir poesía, ya se sabe, es imposible. Este es un intento que trata de ir un poco mas allá de la pura literalidad. No sé si se logra pero, al menos, disfruté los varios días que pasé pensando en cada palabra y sintiendo la melodía en castellano de la hermosa isla en el lago que cada cual lleva dentro de sí.



La Isla del Lago Innisfree


Me levantaré y partiré ahora, partiré hacia Innisfree
y haré allí una cabaña, con arcilla y zarzas
y nueve surcos de porotos, y una colmena
y viviré solitario, con el zumbar de las abejas.

Y encontraré allí paz, paz que gotea lentamente
desde los velos de la aurora hacia donde el grillo canta
donde resplandece la medianoche y el mediodía es de un fulgor púrpura
y el atardecer se llena de las alas del tordo.

Me levantaré y partiré ahora, y siempre, de noche y de día.
Escucho el apagado rumor del agua en la ribera
y mientras estoy en el vereda o sobre la gris acera
lo escucho en lo mas hondo de mi corazón.

miércoles, 13 de febrero de 2008

CERRADO
POR
VACACIONES

domingo, 3 de febrero de 2008

"La luz brilla durante un limitado y brevísimo espacio de tiempo en el acto de vivir. Quizás solo unas decenas de segundos. Una vez se ha ido, si has fracasado en el intento de alcanzar la revelación que se te ofrecía, no tienes una segunda oportunidad. Y luego deberás pasar el resto de tus días dentro de una profunda soledad sin esperanza ni remordimiento. En este mundo del crepúsculo, la persona ya nunca podrá esperar nada. Lo único que poseerá serán los restos efímeros de lo que pudo haber sido".




"Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", Haruki Murakami.



Benjamin Spence: "El murmullo del ángel", mármol, circa 1857, Museo D'Orsay, Paris.

sábado, 2 de febrero de 2008

Gerbeaud, el café en la Plaza de Budapest mencionado en las guías como el mas elegante de Europa. Galano, gentil, con el acento barroco preciso para ser delicado y sobrio, parece un lujoso barco de línea estacionado en una playa remota. Entramos sonriendo, fulgurados se podrá decir, llenos hasta las barbas de las exquisitas calles de Budapest, la diosa a medias europea y a medias asiática que flamea como si estuviese encendida con aceites de oriente, y nos extasiamos con el interior del Gerbeaud, fascinante hasta en sus mas mínimos detalles.



Pesados cortinajes en sangre y oro, lámparas con lágrimas de cristal, mesitas de patas retorcidas hechas en maderas nobles, alfombras granate, servicio muy educado... uno no quisiera irse nunca de ahí.



Ibamos con la Valentina, una chilena que estudió Medicina en Budapest, que traducía las sugerencias que hacía la húngara que nos atendió. Café capuchino, una torta que se deshacía en la boca que nunca supe de qué era, agua de soda, y el ambiente del Gerbeaud, al cual alguna vez, mas pronto o mas tarde, tengo que volver.