domingo, 30 de diciembre de 2007


Para limpiar un poco la cosa y empezar bien el año, estoy leyendo a Ernesto Cardenal y a Kahlil Gibran, las cartas de amor de Gibran a la mujer de su vida (con la que nunca hizo pareja) y una antología de Ernesto escogida por él mismo. Asi me entero de sopetón que el siguiente cántico de amor, conocidísimo, es del nicaragüense:


Al perderte yo a tí tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo mas amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a tí
pero a tí no te amarán como te amaba yo.


Parece que era un intenso amador don Ernesto.Y términó de cura, a cargo de una misión en una islita, Solentiname. Oigan esto:


Muchachas que algún día leáis emocionadas estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fué en vano.




Estaba en el montículo sobre el cual se yergue el Castillo de Praga, y disparé la cámara al vuelo. Miren lo que salió.

3 comentarios:

Claudia Corazón Feliz dijo...

Yo tampoco sabía que esos versos los había escrito él. Tan hermosos y tan usados en forma cebollística.

Un abrazo, y hermosa foto.

Marcelo Zuñiga dijo...

Lindos versos. No cabe duda. ¿Serán vivibles? ¿Cuánto tiempo después de vivirlo, se puede escribir algo así?
Felicidades por todo el 2007 en la certeza que seguiremos sabiendo de tus lindos escritos en el 2008.
Un abrazo,
Marcelo

v dijo...

No me gusta la poesía de Cardenal. Él sí me gusta, y me gusta Solentiname, aunque no la conozco, pero sí conozco Granada, y allá dejé un pedazo inmenso de mi alma. Yo sí sabía que esos versos son de Cardenal. Los encuentro harto malos como poesía, pero son palabras tremendamente sabias. Porque Cardenal es bien sabio. Tengo la impresión de que fue al revés de como ud. cuenta: que primero fue sacerdote, y después guerrillero y todo lo demás.