martes, 25 de septiembre de 2007

PUTAS TRISTES

El viernes vimos en el espejo unidireccional (polarizado) a una prostituta de cerca de 50 años. Venía porque quería cambiar. Procesar sus dolores y cambiar de manera de ser y así buscarse otro camino. Tenía un hijo, circa treinta, profesional, que no sabía pero sospechaba la vida de su madre. Mirabamos a través del espejo y oíamos sobre la tragedia que la condujo a hacer la vida que llevó.
Era una mujer trágica. Sobrellevaba la existencia con una intensa sensación de resignación y fatalidad. Parecía sonreir a pesar de cualquier adversidad, por feroz que ésta fuese. Sonreía también al entrevistador. Detrás del espejo había un silencio sepulcral. Yo tenía una garra en la garganta.
La Ale, mi compañera en psicoterapia, de pronto agachó suavemente la cabeza y me musitó: "Una puta triste". Asentí. Recordé a García Marquez y sus putas tristes. Recordé miles de dolores a los que he asistido y me pareció que éste, el de las putas tristes, puede ser uno de los mas desgarradores. La mujer contó que una vez su hijo, a los 10 años, le había dicho "¿Qué sacamos con tener de todo si tenemos que andar con la cabeza gacha?" Bajó la cabeza. Nosotros también.
Al salir respiré una bocanada de aire. A fin de cuentas, todos tenemos algo de puta triste. Y de un montón de otros personajes además. Solo que anduvimos con suerte y pudimos darle la pasada al primer plano a personajes menos patéticos. Miré un árbol gigantesco que hay en el pasillo y que apenas se nota. Tiene unas ramas sarmentosas y tupidas por entre las cuales pasan los rayos del sol. Hice en silencio un brindis por las putas tristes, las que hay en el mundo y las que hay en el universo de cada cual, y ví entonces como, a través de mis ramas sarmentosas, pasaban tímidos rayos de sol que dejaban sombras en el suelo, las que después me seguían hacia cualquier lugar donde enfilara.
(Dedicado a Frank Nicotine)

sábado, 15 de septiembre de 2007


Días de vacaciones. Vienen bien. Está agitada la vida, y eso que no alcanzo a hacerme de todos los hilos y apenas atiendo a los que conducen a algún incendio. El resto... que sea lo que Dios quiera.
Por ahí el viernes tuve que irme de verso, un brindis en el hospital con todo el equipo, un equipo espectacular de gente buena onda super trabajadora. El verso tuvo que ver con las fiestas y salió que la Patria no es una tierra ni los límites de ella sino los ojos con que se cruza uno cada día en el pasillo o en la consulta o en el auditorio, los ojos con que se van hilvanando los pequeños cariños y los grandes amores. Esos ojos son la Patria y por eso, compañeros bla bla bla bla. Salú. Todo el mundo levantó la copa hasta el cielo y por un momento parecía que la suma de los cristales de las copas eran todas una inmensa sonrisa. Me parece que a mas de alguien se le ocurrió lo mismo porque andaban después todos sonrisales y persiguiendo las botellas, así es que mejor me puse a repartir el sagrado líquido antes que empezaran las reyertas y pendencias por conseguirlo. Al final, huí por un costado y me fuí a otra cosa mariposa, que también reclamaba mi atención.
Me he dado cuenta que me gustan las cuecas y las empanadas. El tintolio ni que decir. Afuera, uno pide un vino y le traen cosas que son bastante parecidas a un vino y que, a fin de cuentas, ya se sabe, la necesidad tiene cara de hereje, la ocasión la pintan calva y todo eso, se pueden tomar de todos modos. Pero un tinto con empanadas... impagable. Las fondas me dan un poco de lata, pero que va, igual hay que aperrar. Como en la vida entera. Piola y sin que se note si te gusta o no. Sonrisa pep y listo. Pase a servirse mas. La única vez que no pude hacerlo fue cuando me exigieron repetirme los chapaleles en Chiloé. Me encanta Chiloé, pero los chapaleles... Puse cara de perro y dejé claro que con los chapaleles hicieran un lulo. Pero en el resto, aperrar y piola.
Por eso vienen bien las vacaciones. Porque si quiero bien y si no bien también. Voy por empanadas y tintolio, que vienen precisos. Aprovecharé de visitar a los buenos amigos blogueros y saber de sus virtuales vidas. Buen tiempo las vacaciones. Sirven para poner los amores, la Patria, en orden.



miércoles, 12 de septiembre de 2007

LEVANTAMOS UN FARO


Levantamos un faro en medio del mar
un faro de paredes de papiro
que usábamos para guardar los vinos
y para echarnos a beber con mujer
espero no hacíamos nada para la posteridad
Una noche que intentamos dar Macbeth
nos demorábamos meses en darla
y se nos olvidaba en qué íbamos
Habíamos levantado un faro en el mar
para no hacer nada en la vida
y gozar desnudos y con mujeres
Ma a veces maravillados por un Mirage
por una clona que nos hacía los ojos
asaltábamos a la sexta flota española
y promovíamos graves desórdenes bajo cubierta
Pero no hacíamos nada grande la verdad
Abusábamos del amor
del ocio y del porvenir
y bebíamos hasta moverle el piso al mar.


Maquieira. "Los Sea Harrier".

viernes, 7 de septiembre de 2007

Algo huele mal en Dinamarca. Todas las mañanas corro por la calle donde está mi casa, una calle verde y frondosa, bellísima, y dejo entrar el viento mientras oigo alguna canción dura y valiente y la sigo a todo pulmón. Me siento feliz.
Cuando vuelvo en la noche, las luces parecen luciérnagas detenidas en la negrura y yo apenas tengo fuerzas para sostenerme.
Algo huele mal en Dinamarca.


Encontré esto en mi computador del hospital. Quizás de cuando sea.


A través de la ventana veo como pasan
ciertos sujetos en uniforme:
batas blancas, entorchados
togas, peluquines
pendones, estandartes.

A paso de narciso
con los ojos vacíos y rígidos
con el escudo de la vieja Extremadura sobre el pecho
van entonando himnos de fuego.

Cierro la ventana
y te beso el cuello, los pechos
los rizos pubianos
mientras reímos y nos bajamos
un par de botellas de cerveza.









Guevara, por Warhol. Dos tipos jugados en la suya que se encontraron de pasada en este mundo.