domingo, 19 de agosto de 2007

Un grupo de estupendos muchachos, residentes de psiquiatría, me pide que hagamos un seminario acerca del arte de ser psiquiatra. El arte.
La Psiquiatría tiene mucho de ciencia, como el resto de la Medicina. El exceso de ciencia ha hecho que el arte se haya ido velando. Quieren saber acerca del arte. Saben bastante de ciencia.
He aceptado. Supongo que porque es un tema que me da vueltas y vueltas. Juntos podremos explorar qué ha ido pasando con el arte, el arte de incluir las intuiciones y los sentimientos en la práctica de la Psiquiatría. El arte de ser un ser humano, el arte real por excelencia.
Hemos tenido una primera sesión. Mañana será la segunda. Conversamos acerca de por qué es que estamos aquí, pensando en el arte y en lo humano. No se los digo pero creo que es por lo que he puesto al comienzo de esta nota: son estupendos muchachos que buscan dentro de sí con honestidad para hacer lo mejor posible por los demás. Durante un rato pensamos acerca de lo que es propiamente humano.
Pienso una y otra vez en esto: qué es lo propiamente humano. Por qué una mirada es sanadora. Por qué una palabra es sanadora. Por qué un encuentro ayuda a sanar, mas allá de este o este otro remedio.
Bellos muchachos que van por el jardín de su vida con una linterna buscando lo mejor de sí. Sonrío. Espero estar a la altura. Buscan lo mejor de sí para entregarlo a los demás. ¿Puede haber mejores personas?.

8 comentarios:

Unknown dijo...

No sabes las ganas de pertenecer a ese grupo!!!!!!!. Desde aca, en el campo de la neurociencia, se estudia el cerebro desde el punto de vista netamente biologico y cientifico. No sabes cuantas veces miro a mis colegas y pienso que, aunque sus investigacion pueden traducirse finalmente en ayuda real a la medicina....y finalmente a las personas....les falta esa parte, haber conocido el "arte"de la relacion con un paciente,el corazon de la question!, el contacto real con PERSONAS con enfermedades, con alzhaimer o una esclerosis multiples, etc.
Es que la ciencia por si sola para mi no tiene sentido!!!!, los miro y por primera vez en mi vida estoy feliz y orgullosa de ser medico, sentir que investigar la enzima "pirulin-pirulasa"...puede tener un impacto real en la vida de alguien...y no solo caracterizar la mencionada enzima. Pero a la vez, hecho mucho de menos ese arte del que hablas....incluso a rondado por mi cabeza volver a Chile a hacer alguna especialidad (ADIVINA CUAL!!!)....pero reconcidero...y sinceramente me veo en el futuro trabajando en esa delgada linea roja entre la ciencia y el "arte".
Solo me queda agregar....flor de profesor!!siento envidia sana de ellos!
Muchos saludos

Marcelo Zuñiga dijo...

"Solo los que son verdaderamente grandes pueden mantener esa humildad" Lo dicen a propósito de Bielsa, todos los periódicos. Y, seguramente, lo dirán de vos, quienes saben de tí.
Tranquilo maestro, la medicina hace tiempo que perdió su arte. Hace falta más gente como tu; que quiera volver a los orígenes. Como me dijo mi profesora de metodología hace ya muchos años: "Tienes unos niños maravillosos, no te perdonaré que no hagas milagros con ellos"

Claudia Corazón Feliz dijo...

Ojalá sea así, que buscan lo mejor de sí para entregarlo a los demás... porque puta que faltan excelentes siquiatras!!!!!

luciérnaga dijo...

Me parece fantástica la idea. Yo
he sido, en forma algo indirecta,
un poco partícipe de ella. Trabajo
como paciente simulado con alumnos
de distintos niveles de la Escuela
de Medicina.
Se trata de analizar, en buena,
cómo llegan a los pacientes:
¿Se sienten éstos acogidos por el
médico? ¿ Al entregar una mala
noticia consideran la fortaleza
y sensibilidad del enfermo? Etc.
Por ejemplo: información de una
enfermadad terminal y varios otros
casos.
Saludos cariñosos.

L.

v dijo...

En mi muy humilde opinión, el arte es primohermano de la demencia. Y la demencia es fundamental en la vida humana. La ciencia, la excesiva racionalidad, tiende a alejarnos de la locura y con ello nos cercena parte de nuestro ser humanos. Tal vez estos psiquiatras, a través de la locura que es el arte, logren una mejor comunion con sus pacientes, y de esa forma ser realmente sanadores.

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Si esos muchachos como cariñosamente los llamas realizan esa busqueda realmente van por un camino sin igual, si pierden el temor a escarbar dentro de las heridas que la vida deja, sin duda podran ser mejores sanadores. Pues producto de los viajes interiores, llenos de laberintos, vendran sin duda imagenes, palabras, sonidos, que no deben temer estampar, en una tela, en una pauta. en una hoja en blanco,en un grupo de conversación etc. que desde mi humilde punto de vista transforma a la experiencia de crear en un arte sanador. Benditos sean los médicos sensibilizados en este aspecto pues no solamente curan a sus enfermos, sino que también son capaces de conducir a sus pacientes hacia una sanación compartida, en la practica de una medicina mas cercana al hombre.

Porrita dijo...

me acorde de mi clase de didactica,
y de la interna de ojos verdes que me atendio el otro dia en la posta, es q ese dia me dieron ganas de decirle que ojala que los años y las condiciones no congelen su buena voluntad, pero no se lo dije, pensé en mi misma y en todas mis ganas de andar de artista por las salas de clases.
unos en los hospitales y otros en los colegios.



Que bueno es volver a leerte, de verdad que me mucho gusto, yo estoy media perdida en esto, ahora ando de paseo no mas.
un abrazo grande

Pili dijo...

Aunque tenemos profesiones tan distintas, aquí existe un punto de encuentro...la importancia del ser humano, más allá de los aportes médicos que hagan tus colegas y de los económicos que hagan los míos. Tantas veces uno olvida el fin último y se queda pegado en los medios.
Es muy gratificante sentir que aún podemos encontrar médicos "humanos", que reconozcan sus pequeñeses y trabajen sus virtudes, como cualquier mortal...
Más gratificante aún, que estos jóvenes te hayan elegido a tí, porque ratifico mi opinión de ex-paciente, respecto a que eres un médico excepcional en todo sentido.
Cariños, B.B